(El Pais-en agertutako artikulua, http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06/19/actualidad/1371677999_647347.html helbidean )
Coches que levitan, vuelan, hablan, autónomos, que alcanzan
velocidades de vértigo o que viajan en el tiempo. El cine y la
literatura han imaginado muchas variantes de cómo serían los vehículos
en el futuro. Algunas de estas opciones son todavía ciencia ficción.
Otras no. Todo apunta, sin embargo, que el coche del mañana tiene que
ser ineludiblemente limpio, respetuoso con el medio ambiente y
propulsado por fuentes de energía sostenibles. El planeta lo requiere,
no hay más que ver la nube de contaminación que envuelve las grandes
ciudades, en gran medida, por el tráfico.
Desde hace décadas la industria del motor ha trabajado en nuevas
tecnologías en busca de un coche más eficiente o, al menos, alimentado
por energías alternativas a los combustibles fósiles. También las
universidades han creado equipos para investigar en este sentido. En
opinión de Kate Blumberg, investigadora del
International Council on Clean Transportation
(ICCT), los fabricantes no invierten en nuevas tecnologías solo por
convicción, sino porque “hay normas que exigen reducir las emisiones de
CO
2 que emiten los vehículos”.
Para la Blumberg, la reducción de la contaminación es una “cuestión
muy seria”. “Tenemos que combatir el cambio climático, pero también
mejorar la salud de las personas”, explica. Según sus datos, un 24% de
las emisiones de CO
2 provienen de los vehículos.
Sea por conciencia ecológica o por obligación, nadie quiere quedarse
rezagado en la carrera hacia el objetivo de cero emisiones, pero a cada
paso, la meta siempre parece alejarse en el horizonte. Con todo, la
investigación avanza y ya han quedado atrás los días en los que la
elección se limitaba a gasolina o diésel. Las opciones se multiplican
según se exploran nuevas alternativas hacia fuentes de energía menos
contaminantes.
Algunas tecnologías se quedan en el prototipo, incluso la utopía, y
otras se cuelan con más o menos éxito en el mercado. El elevado precio
de las novedades más ecológicas suele ser el mayor inconveniente para su
comercialización y asimilación por parte de los consumidores. Ni si
quiera las ayudas públicas a la compra levantan las ventas. El
Ministerio de Industria, Energía y Turismo, destinará este 2013 casi
diez millones de euros a subvencionar la adquisición de vehículos eléctricos.
Las cuantías de las ayudas oscilan entre los 2.500 euros para aquellos
vehículos con de entre 15 y 40 kilómetros en modo eléctrico; 3.500 para
los que pueden recorrer entre 40 y 90 kilómetros; y 5.500 para los que
pueden circular más de 90 kilómetros sin tener que parar a recargar.
El precio, sin embargo, no es el único impedimento. “No hay una red
de infraestructuras para recargar el vehículo del estilo de las
gasolineras”, apunta David Barrientos, portavoz de la
Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones
(Anfac). Blumberg coincide: “Se necesitan más infraestructuras si se
quieren vender más coches”. Cuando aumenten las ventas, dice, bajarán
los precios.
El vehículo eléctrico, recargable con un enchufe, se presenta como la
tecnología más viable en el camino hacia el coche limpio. Ya está en el
mercado. Las principales marcas cuentan con modelos eléctricos en su
gama de vehículos en tres modalidades: batería pura, combinadas con
motores de combustión, sobre todo híbridos enchufables, y eléctrico de
autonomía extendida. Pero las matriculaciones son todavía escasas. “El
consumidor no conoce bien las ventajas, pero sí sus inconvenientes”,
considera Barrientos.
El sector prevé un futuro en el que esta tecnología conviva con las
existentes. “Será una opción más”, dicen desde Anfac. Pero el mercado se
resiste. En 2012 se matricularon 486 turismos enchufables, de los que
solo 16 fueron adquiridos por particulares; 285 vehículos comerciales y
1.211 cuadriciclos. En total, el año pasado había circulando 3.558
eléctricos, una cifra muy por debajo de los 50.000 que se había marcado
como objetivo en la Estrategia Integral del Impulso del Vehículo
Eléctrico (VE).
El coche eléctrico tiene todavía muchas asignaturas pendientes. La
autonomía y el tiempo de recarga son dos cuestiones que todavía están
por resolver. Los coches eléctricos del mercado pueden recorrer sin
repostar unos 100 kilómetros, y necesitarían entre 6 y 8 horas para
volver a estar operativos. “Pero entre el 60 y el 80% de los trayectos
en zonas urbanas son inferiores a esa distancia”, explica el portavoz de
la patronal. “Y ya hay coches de autonomía extendida que hacen hasta
500 kilómetros”, argumenta la venta.
El hidrógeno adelanta a la chispa
A falta de un último empujón (o varios) para el coche eléctrico, un
presente cuyo futuro está borroso, otras líneas de investigación se han
ido abriendo paso. Una apuesta fuerte de las marcas es el hidrógeno. No
contamina y su autonomía es superior a los eléctricos. “Pero esta
tecnología ahora mismo no está desarrollada completamente. Todavía es
muy experimental”, previene Barroso.
Hace una década ya se hablaba del hidrógeno
como el combustible del futuro, y había prototipos en marcha de
Mercedes, Opel y BMW. Diez años de después, la investigación sigue en
esa fase: el prototipo.
Marcos Baeza, periodista especializado en tecnologías del automóvil y piloto amateur, explica en su artículo
Los combustibles más enérgicos,
que los prototipos actuales de coches funcionan o con hidrógeno
comprimido, “que combinan el oxígeno del aire y el hidrógeno del
depósito para producir electricidad, y solo expulsan vapor de agua por
el escape”; o con hidrógeno líquido, “que queman directamente el
hidrógeno del motor y generan ciertas emisiones, casi nulas”.
Los fabricantes, sin embargo, tiran fichas sobre la mesa y hacen sus
apuestas, a ver si alguna resulta ganadora. BMW trabaja la primera
modalidad, Honda, Toyota, Mercedes, Nissan y Opel, la segunda. Hasta
ahora todos los modelos siguen en esa fase experimental, sin alcanzar
nunca al consumidor.
Está por ver si la industria consigue que el precio (que ahora sería
desorbitado), la autonomía y la potencia, respondan a las necesidades de
los consumidores más allá de su conciencia ecológica. El pasado enero,
EL PAÍS se subió, por fin, al primer modelo que se fabricará en serie
y llegará a los concesionarios, el Hyundai iX35 FCEV. Tiene 160 CV,
recorre hasta 588 kilómetros por depósito y solo expulsa vapor de agua
por el escape. “Lo mejor es que no contamina y que se desplaza con una
suavidad sobresaliente y sin apenas hacer ruido”, resumía el periodista.
Eco Gadgets
El sector del motor también ha centrado sus esfuerzos en I+D en
desarrollar ciertas tecnologías que reduzcan el consumo de combustible
así como las emisiones de gases nocivos. Este tipo de avances se pueden
incorporar casi a cualquier nuevo modelo y son una opción para aquellos
que deseen perturbar lo menos posible al medio ambiente en sus
desplazamientos diarios.
Stop and Start (Parar y arrancar): este dispositivo apaga el
motor del coche cuando el vehículo no se mueve durante un tiempo
determinado, por ejemplo, en los atascos. Con pisar el acelerador vuelve
a encenderse.
Velocidad de crucero: una de las recomendaciones para la conducción
eficiente es mantener una velocidad constante en carretera. Configurar
una determinada velocidad para nuestros viajes, sin necesidad de pisar
el acelerador evita los cambios de velocidad innecesarios, ahorrando
combustible.
Más velocidades: la incorporación de cajas de cambio con más
velocidades permite conducir a menos revoluciones, con el ahorro
energético que eso supone.
Y ahora, ¿qué coche compro?
Quienes estén pensando en cambiar de coche, o comprarse el primero,
pueden introducir la cuestión ecológica entre los factores para escoger
entre uno u otro modelo. Por eso, el
Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía
(IDAE) dispone de un listado de los coches más eficientes y menos
contaminantes del mercado. Una clasificación útil para quienes no
quieran renunciar a conservar el medio ambiente.
Entre los coches que ya se pueden comprar, el Opel Ampera 150 cv.
emite 27 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Lo mismo que el
Chevrolet Volt. Les sigue el Toyota Prius Plug In, que emite 49 gramos
de dióxido de carbono en cada kilómetro. Los tres son de tecnología
híbrida con enchufe (funciona con un motor de gasolina y con la
electricidad acumulada a través de un enchufe). Los siguientes modelos
menos contaminantes son de la misma marca japonesa y todos de tecnología
híbrida. Por debajo de 50 kilómetros a la hora funcionan solo con el
motor eléctrico. De media expulsan entre 85 y 89 gramos de CO2 cada mil
metros. Y además son silenciosos.